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Historia de la Tecnología: 

Introducción

Se ha convenido la datación de la Edad Moderna entre el descubrimiento del Nuevo Mundo (1492) y la Revolución Francesa (1789). En este periodo, los sistemas tecnológicos de la ordenación urbana fueron una característica en auge, que se tornaron en principales hacia el comienzo de la Edad Contemporánea. Así, en el año 1600 algunas ciudades europeas, como Londres, ya albergaban poblaciones superiores a los 100.000 habitantes; o como París, que alcanzaba los 200.000.

Durante la Edad Moderna comenzaron a desarrollarse grandes imperios mundiales, principalmente a cargo de españoles, ingleses, franceses y alemanes, iniciándose la exploración de extensas áreas desconocidas. Con el viaje del descubrimiento la influencia de la cultura europea se extendió por el mundo.

En el siglo XVII los europeos se fueron dotando de nuevas tecnologías, y en sus incursiones por tierras inexploradas dominaron otros pueblos, adquiriendo una creciente habilidad y poder tecnológico para modificar grandes áreas de la tierra y hacerlas productivas.

A comienzos del siglo XVIII, en Europa, y especialmente en Gran Bretaña, el sistema bancario ya estaba bastante establecido, lo que permitió que los crecientes recursos de capital comenzaran a ser invertidos en nuevas técnicas de producción. De esta forma, la fabricación en serie permitió un acceso cada vez mayor de la clase media a numerosos artículos gracias a un mayor rendimiento productivo, así como un abaratamiento de las materias primas por influencia de otras áreas, como los transportes, innovación en maquinaria y variadas técnicas industriales.

 

La Revolución Industrial

La Revolución Industrial es la denominación que se ha dado al conjunto de modificaciones en la estructura económica de los países occidentales, manifestada entre finales del siglo XVIII y principios del XIX. Se debió a la mecanización de la industria, el desarrollo del comercio y los medios de locomoción.

El primer país en realizar la Revolución Industrial fue Gran Bretaña, cuyo ejemplo sirvió como modelo para la transformación económica que condujo de la sociedad agraria a la industrial. Este país poseía los medios técnicos adecuados, junto con una amplia red comercial y un apoyo institucional que fueron claves para su desarrollo. En este proceso de manifestó una distribución de la riqueza y un consecuente aumento del poder de la clase media. La tierra comenzó a perder importancia con respecto a la industria, lo que motivó desplazamientos poblaciones desde zonas rurales hacia núcleos urbanos.

En 1740 aparecieron las primeras fábricas textiles. En menos de 100 años las prendas de lana habían sido desplazadas por las de algodón, gracias sobre todo a la invención de la máquina desmotadora de algodón a cargo del estadounidense Eli Whitney en 1793. Otras variadas innovaciones fueron aplicadas a la industria textil, como la máquina de hilar y la cardadora, potenciadas después con la aparición de la máquina de vapor.

Paradójicamente, algunas ideas que dieron lugar a grandes revoluciones tecnológicas de nuestro tiempo, como las computadoras, nacieron como rudimentarios bocetos en ambientes totalmente ajenos a los procesos matemáticos. Como ejemplo, una de las innovaciones llevadas a los telares, fue introducida en Francia en 1801 por Joseph Jacquard, y consistía en unas tarjetas con perforaciones a través de las cuales se ubicaban los hilos. Estas tarjetas perforadas sirvieron de inspiración al matemático Charles Babbage, que se basó en ellas para diseñar una máquina calculadora. Mucho más tarde, las tarjetas perforadas sirvieron para almacenar datos o instrucciones, aplicando las perforaciones en lugares determinados; después la ubicación de estos huecos podían ser leídos por un detector físico o fotoeléctrico. En la actualidad las tarjetas perforadas apenas se utilizan y han sido sustituidas por otros soportes, tales como discos, dispositivos magnéticos, tarjetas de memoria electrónica.

 

Nuevas prácticas laborales

otra "revolución" emanada de la Revolución Industrial, fue la originada a raíz del establecimiento estable de las fábricas modernas. Los artesanos vieron amenazada su forma de vida generando una gran resistencia social. En las fábricas, debido a los nuevos sistemas de producción, los trabajadores no requerían poseer conocimientos específicos sobre las labores que tenían que desarrollar, al contrario de lo que sucedía con los artesanos, cuya habilidad solía ser fruto de años de experiencia, e incluso de enseñanzas recibidas ancestralmente de padres a hijos. No obstante, el nuevo modelo de división del trabajo permitió que personas de todas las condiciones pudiesen acceder a una remuneración salarial con escasa experiencia laboral, lo que permitió mayor poder adquisitivo para un abanico más amplio de población, y por tanto un crecimiento de las clases medias.

La nueva sociedad industrial basada en la especificidad del trabajo personal en las fábricas también condujo a una mayor precariedad laboral, donde la amenaza de despido era una constante ante los riegos financieros derivados de un sistema tecnológico y económico profundamente cambiante.

Las sociedades occidentales comenzaron a albergar una gran fe en los cambios tecnológicos a raíz de la Revolución Industrial. Una gran parte de esa visión positiva nació con el desarrollo de la ciencia médica y el aumento de la productividad agrícola. Numerosos investigadores se pusieron a la labor de experimentar y desarrollar en múltiples áreas: física, química, medicina, construcción, comunicación, etc.

Algunos ejemplos de las capacidades tecnológicas humanas han sido fuente de orgullo para sus creadores y de admiración de la sociedad:

  • El Canal de Suez, en el NE de Egipto, que comunica los mares Mediterráneo y Rojo, posee una longitud de 160 km (de Port Said a Suez). Tiene una anchura en superficie de 70 a 125 m, y una profundidad de 11 a 12 m. Su utilización ha acortado sustancialmente los viajes marítimos de Europa con los océanos Índico y Pacífico. Las tentativas de comunicar el Mediterráneo con el mar Rojo datan de muy antiguo, pero fue en el siglo XIX cuando Fernando de Lesseps, amigo y preceptor del virrey de Egipto Mohamed Said, presentó a éste una memoria sobre el proyecto de unión directa de los mares. La obra se emprendió en 1859 y se inauguró el 16 de noviembre de 1869.
  • El Canal de Panamá, que comunica el Pacífico con el Atlántico (mar Caribe), mide unos 82 km de longitud. Lesseps inició la empresa con capitales franceses, pero la compañía quebró en 1889. Interesado E.U.A. por la continuación de las obras, favoreció la independencia de la provincia colombiana de Panamá, cuyo primer acto como república independiente en 1903 fue la concesión del Canal a aquel país. Se inauguró en agosto de 1914. Su importancia económica es extraordinaria; cada año es atravesado por miles de naves, que transportan cientos de millones de toneladas de carga, además de numerosas naves turísticas y militares.
  • La famosa Torre Eiffel, diseñada por el ingeniero francés Gustave Eiffel, fue construida en París para la exposición de 1889. Mide 320 m. de altura y una superficie de 4.950 m2. Fue durante mucho tiempo la construcción más elevada del mundo.

Otros inventos e innovaciones, fueron de gran trascendencia para la vida diaria de las personas, aunque algunos despertaron poco interés en un principio. El telégrafo y el ferrocarril permitieron interconectar la mayoría de las grandes ciudades. La bombilla, inventada por Thomas Alva Edison a finales del siglo XIX, sacó a la humanidad de las tinieblas, reemplazando a las velas y lámparas. En tres décadas la energía eléctrica suministraba suficiente potencia para el alumbrado y otros variados sistemas y dispositivos eléctricos.

El automóvil, el aeroplano, el teléfono y la radio acrecentaron aún más la admiración de la sociedad por la tecnología. La construcción en serie de automóviles, electrodomésticos y otras variadas máquinas para todo tipo de tareas, no sólo los convirtió en materiales de uso diario de la población, sino que marcaron incluso formas y estilos de vida.

La comunicación y la información también fueron claves en el rápido avance y transformación de las sociedades industriales, gracias al incremento de la movilidad, rápida comunicación y disponibilidad de información a través de medios escritos y hablados.

Las Guerras Mundiales constituyeron un factor de depresión y reajuste del desarrollo tecnológico. La tecnología civil se ralentizó y se potenció la industria militar, con el desarrollo de submarinos, buques de guerra, armas químicas, etc. Esta fue la cara negativa del progreso tecnológico, que comenzó a defraudar las grandes expectativas y admiración que tenía la sociedad. Las crisis económicas de la década de 1930 y la alta tasa de desempleo a nivel mundial fueron otros puntos negativos que se sumaban, suscitándose las primeras críticas de sectores sobre los beneficios del progreso tecnológico.

Con el desarrollo de la bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial, la sociedad empezó a ser consciente de la amenaza para la vida sobre el planeta. Durante este periodo, se realizaron los proyectos de investigación e inversión tecnológica militar más caros de la historia, especialmente en el llamado Proyecto Manhattan, consistente en un programa para fabricar armas atómicas. Tal proyecto fue el pistoletazo de salida para que otras naciones se enzarzaran en superarlo, creándose un ambiente de inseguridad mundial ante el almacenamiento masivo de armamento de destrucción masiva, incluso con capacidad para cubrir continentes enteros.

De la Segunda Guerra Mundial se desprendió una tecnología más pacífica, para uso civil, como fue el desarrollo del transistor. La tendencia a su máxima miniaturización, permitió grandes avances tecnológicos. Uno de ellos fue la computadora, y más tarde la ciencia de la informática. Asimismo, permitió iniciarse la era espacial, con la puesta en órbita de satélites artificiales para variadas funciones: meteorología, topografía, exploración planetaria, etc.

El desarrollo de la electrónica, con la integración del transistor a nivel microscópico, permitió avances que mejoraron notablemente la calidad de vida de las personas. Por otra parte, estos avances trajeron consigo la sustitución de la mano de obra por sistemas y dispositivos automáticos, con la consecuente transformación y adaptación de los métodos y prácticas de trabajo.

 

Logros y beneficios tecnológicos

el temor que en algunos sectores de la sociedad produjeron los efectos negativos de la tecnología, no fue obstáculo para que la humanidad construyera una existencia civilizada y ganara en control sobre la Naturaleza, alcanzando logros y beneficios que pueden compensar ampliamente las aplicaciones tecnológicas indeseadas.

El incremento en la producción de bienes y servicios permitió que el volumen de trabajo se redujera. La Era de las Máquinas constituyó casi otra revolución dentro de la propia Revolución Industrial. En este periodo las invenciones y descubrimientos en cualquier área científica y técnica fueron de tal magnitud que no tienen parangón con ninguna otra época conocida. La máquinas aplicadas a la agricultura, por ejemplo, realizan la gran mayoría del trabajo, ahorrando muchas horas para una misma labor. En la rama de la industria avanzada sucede algo similar, potenciada por los sistemas de división del trabajo y fabricación en cadena de muchos sectores, como el automóvil, manufactura del pescado, electrónica del hogar, etc.

El ritmo de desarrollo tecnológico durante el siglo XX no ha sido superado por una ninguna época anterior. El automóvil y los medios de comunicación como la radio, televisión y teléfono revolucionó el modo de vida de millones de personas en todo el mundo.

Pero fueron dos áreas concretas las que han obtenido el mayor avance: medicina y astronáutica. La tecnología médica proporcionó nuevos medios para diagnosticar y tratar enfermedades antes consideradas incurables, permitiendo la curación completa o parcial de buena parte de ellas; algunas enfermedades infecciosas antes consideradas muy graves han sido incluso erradicadas.

En cuanto a la exploración espacial, ha sido el logro tecnológico más espectacular del siglo XX, por la fascinación que ha creado en la sociedad la capacidad del ser humano para lanzar una nave tripulada al espacio y hacerla regresar a la atmósfera terrestre.

En consecuencia, una gran parte de la población mundial, básicamente de los países industrializados, han obtenido un mejor nivel de vida en todas las áreas: alimentación, sanidad, vestido, vivienda, educación, ocio, trabajo en el hogar, etc. En definitiva, en la actualidad muchas personas tienen una mayor esperanza de vida y más sana como resultado de la tecnología.

 

Efectos de la tecnología

Algunos efectos de la tecnología tuvieron aspectos perjudiciales e incluso destructivos en las últimas décadas del pasado siglo XX. En la década de 1970 muchos problemas derivados de la industrialización y civilización urbana calaron en las sociedades y alcanzaron difusión pública.

Pronto comenzarían una serie de movimientos sociales de denuncia ante los peligros que se avecinaban, pero que aún no calaban suficientemente en los ciudadanos. La contaminación de la atmósfera, el uso de pesticidas que amenazaban la cadena trófica, como el DDT; el uso indiscriminado de recursos finitos a nivel mundial, etc., fueron algunos de los puntos de atención de los observadores.

El uso sin control de la tecnología ha generado y sigue generando daños en el medio ambiente. Los problemas ambientales han tenido su base en la incapacidad para predecir y valorar adecuadamente las consecuencias negativas en la aplicación de la tecnología. Por ejemplo, la lluvia ácida producida por las industrias que emiten partículas contaminantes a la atmósfera, no se conoció hasta que en el siglo XIX se realizaron en Inglaterra unos estudios atmosféricos.

Se supo más tarde, que muchas plantas y peces habían desaparecido por efecto de la acidez a la que se había sometido el entorno en que vivían, los cuales se encontraban adaptados a ciertos límites que se vieron superados. En el norte de Europa, la lluvia ácida también ha dañado extensas áreas de bosques y cosechas y diezmado la vida de muchos lagos de agua dulce.

Otros desafíos de la sociedad moderna derivados del progreso tecnológico requieren una implicación general de ciudadanos, industrias e instituciones. Por ejemplo, cómo almacenar la inmensa cantidad de residuos que se produce; muchos de ellos permanecen en el suelo y algunos productos contaminantes terminan penetrando en las redes tróficas; la mayoría pueden ser reciclados pero otros ingresaran en el medio ambiente todavía transformados y se acumularán como desechos sin capacidad de degradación biológica. Igualmente, la utilización de combustibles fósiles sin alternativa ecológica concluiría finalmente con el agotamiento de ese recurso. Sólo mediante el desarrollo de nuevas tecnologías de energías alternativas, es decir, renovables, se puede alcanzar un nivel de vida compatible con un medio ambiente sano y duradero.

Aunque existen soluciones para contrarrestar los efectos negativos de nuestro modo de vida tecnológico, requieren previamente una amplia conciencia social, lo que significa educación ambiental, conocimiento sobre las limitaciones de nuestro hábitat e implicación de los gobiernos en acometer programas globales, dado que se trata de un problema que trasciende las fronteras.

 

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